El armazón de mis lentes
es negro por fuera
y blanco por dentro,
en ese blanco se reflejan
los destellos que me recuerdan
que el mundo está afuera
y que mi piel
no por agrietada es menos frontera,
la infranqueable frontera
que aunque sangre y se rompa
me aloja, delimita, contiene.
Yo estoy aquí adentro.
Es la prueba de que
estamos cerca,
pero jamás juntos.
sábado, 14 de febrero de 2009
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2 comentarios:
Además, estar adentro de los lentes es ni siquiera estar adentro del mundo visible. Los lentes crean una visibilidad propia, la de quien ve a través de ellos o la de los lentes mismos. Eso nunca se podra saber. Acaso hay cercanías visibles, nunca certezas..
Híjole, ya salí del clóset, ahora sí.
Y lo peor es la falsa certeza de realidad de la que nos convencen después de lo aterradoramente borroso que se presenta el mundo al abrir los ojos por la mañana.
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