domingo, 24 de junio de 2007

política y kilómetros

Algún día, cunado sea grande y no ofenda la sensibilidad de nadie, o de plano ya no me importe, me pondré a contar los entresijos de las relaciones humanas de los grupos en los que he tocado.

Las vacaciones de escenario se acabaron este fin de semana, ¡vaya que se acabaron!

Los Nómhadas están de vuelta con todo esplendor, todo es mas agudo e intenso. Los conciertos que dimos en un par de festivales este viernes y sábado quizá no fueron muy técnicos, pero fueron enérgicos y no carecieron de magia. Lo que me extraña es que con la cantidad de energía que se nos va en un montón de cosas extrañas, todavía nos podamos subir a tocar algo más que las mañanitas.

Siempre he pensado que los grupos terminan por ser un taller de relaciones humanas en los que la música es circunstancial, un pretexto para ejercitar nuestros desplantes más arrogantes y nuestros destellos más generosos, y considerando que los músicos solemos ser unos extraviados sociales, todo adquiere dinámicas raras y periféricas en las que tratamos de adaptar las recetas del comportamiento social "normal" a nuestra inadaptada conducta.

Queremos encontrar formas alternativas de vivir, de percibir, de comportarnos y al final estamos a merced de las relaciones de poder de toda la vida, con el añadido de que somos totalmente incapaces para manejarnos como entes políticos dentro de nuestras pequeñas comunidades. (Entiéndase como "político" aquello que atañe a las cuestiones comunes y la toma de decisiones en el interés general)

Al final, como en todos lados, los problemas son por el poder que se reclama pero no se asume, el que se ejerce pero no se reconoce. El que se soslaya. El que se transfiere solapadamente. El que se impone en silencio.
El punitivo, el coercitivo. El solidario. El retributivo.

No son las caras de un monstruo, sino una forma de energía que no se crea o se destruye: se transforma, se disfraza. Se escurre, repta. Anega, empapa. Drena, erosiona.
Transtorna, perturba.

He vuelto extenuado física, mental y moralmente, y me pregunto lo mismo de siempre: ¿cuánto más voy a aguantar ésta vida transhumante?

Sin las dosis cetáceas de adrenalina que procura el oficio ¿podría vivir?



lunes, 4 de junio de 2007

Los músicos somos pendejos


... y escucho un coro de voces airadas "¡lo dirás por tí!", "¡tú lo serás!" y largo etcétera que pasa por la calle de vallejo.

Sí, me incluyo. Que no se diga que no tengo conciencia gremial, que en este medio de conciencia "gramial" ya es bastante.

Momento, que fundamento:

No lo digo porque seamos el sector "artístico" que menos lee, que menos politizado está, que menos va al cine, que menos le interesa el arte en general, y que más divas genera.
Eso nos hace incultos y ególatras; pero pendejos, lo que se dice pendejos es por otra cosa.

Durante décadas las discográficas, distribuidoras y ralea ad-hoc se han hecho de nuestro trabajo a cambio de mendrugos (el 6% del 90 % del 50% del precio de venta de un cd, disco, cassette o lo que sea) símplemente porque asumimos que en lugar de prestar ELLOS el servicio de conectarnos con el público fijando NUESTRA música en un soporte y vendiéndola, nosotros les prestamos el servicio de rellenarles con nuestras pobres minucias sus bonitas cajitas con fotitos y parafernalia, gracias señor AR ¿quiere que ponga más violines? ¿necesita mas hits? ¿no le gustó mi canción? ¡ay perdón! quién me manda a ser creativo.

No es que sean cabrones, es que somos pendejos.

Ahora, el mercado del CD está muerto, difunto; recientemente en Barcelona se han reunido los tiburones nuevos (los del emergente mercado digital) y los viejos y chimuelos de la industria discográfica que no hacen mas que llorar porque no supieron prever la debacle de la piratería. (ojo, que empezaron ellos a autopiratearse para bajar "costos" -léase no pagar regalías- Cabroncitos sí que son, pero eso no nos quita lo pendejo)

Lo único que se les ocurría cuando empezaba "la gran crisis" era pedirle a Maná que nos dijera "con la piratería matas a tu artista" (imaginarse la vocecilla del cantante de la h por enmedio).
O que vinieran los de Metallica a decir que te iban apartir la madre si los pirateabas.
Eso sí que no pienso hacer, no se preocupen.

pendejos.

A la hora de ceder el noveinaymucho porciento de sus derechos a BMGEMISONYUNIVERSALWARNERBLABLABLA no había problema, pero te romperán la nariz si te los descargas de internet, "¡le quitarás el pan de la boca a sus hijos!" (otra vez el timbre llorón del de la hache extraviada).

Lo dicho, pendejos.

¡Por favor! los altos ejecutivos de las multis se bajan la música de internet, ni siquiera ellos pagan toda la música que consumen.
En el mentado congreso en que se reunió la crema y nata de la industria musical (desde los altos jerarcas de las transnacionales tradicionales hasta los nuevos nerds digitales multimillonarios) a picarse el ombligo y dictar el acta de defunción del disco, había sólo un par de músicos; uno era mi amigo Salva que se coló por la puerta de atrás.
Parece ser que la cosa está difícil: las ventas por descargas sólo reditúan en iTunes, y eso por el auge del iPod, las demas tiendas on line están de vacas flacas.
Todos asumen ahora que la música para el consumidor final será gratuita, o sea que hay que encontrar alguna forma de que alguien pague la factura; porque sigue costando dinero hacer música, y mucho.
¿se preguntaban aquellos escualos cómo hacer el reparto de los panes de manera mas cristiana? ¿cómo replantearse la cuestión de los derechos de autor para que los músicos pudiésemos recuperar algo de nuestro trabajo?

sólo puedo contestar con un triste ¡ja!

Mientras tanto todos los músicos nos quemamos las pestañas con un montón de mytube in yourspace. Sistemas que se nutren del trabajo de los músicos y que valen millonesymillones de eurodólars de Rupert Murdoch, de los cuales los músicos no vemos ni veremos nada de nada. Pero ahí estamos.
-"be my friend, be my friend!" como zombis.

perdón, como pendejos.

¡Hey! ¡adivina!
Nadie nos va a hacer la tarea.

La industria discográfica como la conocemos está muerta y enterrada, pero la nueva fábrica está que echa humo. Todavía no saben cómo nos van a sacar la sangre, pero se están volviendo locos por ideas nuevas y eventualmente lo conseguirán.

Sobre todo si escojemos seguir siendo unos...

¿cómo dice?