lunes, 28 de enero de 2008

Feminidad otra vez. Laurie Anderson

Después de graduarse en historia del arte y posgraduarse en escultura, Laurie Anderson (n.1947) se volvió famosa en los años 80 en el terreno de la música. A eso de los 37 añitos.
El extracto de abajo es de un concierto titulado "Home of the brave" (1986) que desgraciadamente es inencontrable, y que tuve la fortuna de ver hasta la saciedad hace unos años.
Una de las cosas que me embelezan de Laurie Anderson es que se nota que su música proviene de una formación plástica no-musical: la composición se concibe de una manera casi espacial en la que los sonidos son bloques que se ensamblan, planos que se sobreponen con criterios poco usuales que recuerdan un poco a Kraftwerk por lo severo de la electrónica. La música es una especie de lienzo sobre el que despliega deliciosas ironías sobre la vida contemporánea, sus puestas en escena son conmovedoras en su tremenda austeridad (no quiero usar el término minimalismo porque me recaga, se lo dejamos a los decoradores de interiores).
Todo esto sumado a esa visión del mundo tan indescriptible y a la vez fascinante que es la feminidad.
Es frívolo decir que es pionera en el uso de la electrónica y el "performance" en el ámbito de la música pop, pero es verdad. Los que la conocemos le debemos mucho, y si otros tantos conocieran su obra quizá nos evitaríamos algunos de los esperpentos preteciosos que vemos hoy en día.